"Las Aventuras de Hijitus" cumple 50 Años
Parte 1
Parte 2
Allá por el '68, todas las semanas, de lunes a sábado, Hijitus, el pequeño gran héroe argentino, y toda su troupe creados por García Ferré corrían fantásticas aventuras en las pantallas de televisión.
Su perro Pichichus, Su amigo Oaky, el adinerado Señor GoldSilver, el torpe Larguirucho, el malvado profesor Neurus y su melancólico ayudante Pucho, la bruja Cachavacha, el Comisario, entre otros, acompañaban a Hijitus en esas aventuras llenas de acción, humor, ternura y sana diversión para compartir en familia.
El pequeño superhéroe argentino debutó en la revista Billiken en 1955. Nacido como un personaje secundario, se convirtió en el éxito más rotundo del dibujo animado latinoamericano.
Primitivo y casi ajeno al más difundido, el niño, descendiente de faraones, debutó en la tira en septiembre de 1955. Era entonces de cabeza ovalada y llevaba seis largos pelos y una galera desfondada.
De Villa Leoncia, Hijitus saltó a la tele, 1967, con "Las Aventuras de Súper Hijitus", el primer dibujo animado argentino hecho para TV. A diario, millones seguían la historia de un chico pobre cuyo sombrero mágico lo elevaba a superhéroe protector de Trulalá.
Los capítulos de Hijitus iban de lunes a sábado por Canal 13 y se repetían, todos juntos, en los ómnibus históricos "Sábados Circulares" y "La Feria de la Alegría".
El mundo ni enterado, pero Hijitus adelantó el reloj al incorporar personajes reales en sus aventuras: Por Trulalá pasaron el animador de animadores Pipo Mancera, el cantante beat Donald y Ulises Barrera, voz del box. Lo mismo, pero después, hizo Matt Groening en Los Simpson.
Frente a enlatados yanquis y japoneses, Hijitus mandaba. Así, pasó a forma cinematográfica y hasta se exportó al resto de Latinoamérica. El merchandising florecía en golosinas, remeras, juguetes y colonias, leche chocolatada, figuritas.
García Ferré, como Disney, tenía su imperio. Pero en Trulalá, una ciudad arrabalera, apenas urbana, cuyo héroe vivía en un caño, el "medio caño" que el desarrollismo imaginó como alternativa al rancho.
Cincuenta años después, es imposible no ver a Villa Leoncia y Trulalá como postales del paisaje cultural argentino.
Se dice que la mayor diferencia es que Disney era un gran conductor para el que trabajaban muchos artistas mientras García Ferré creaba y dibujaba solo.
Solo, como su inocente, huérfano y poderoso Hijitus.
Parte 2
Allá por el '68, todas las semanas, de lunes a sábado, Hijitus, el pequeño gran héroe argentino, y toda su troupe creados por García Ferré corrían fantásticas aventuras en las pantallas de televisión.
Su perro Pichichus, Su amigo Oaky, el adinerado Señor GoldSilver, el torpe Larguirucho, el malvado profesor Neurus y su melancólico ayudante Pucho, la bruja Cachavacha, el Comisario, entre otros, acompañaban a Hijitus en esas aventuras llenas de acción, humor, ternura y sana diversión para compartir en familia.
El pequeño superhéroe argentino debutó en la revista Billiken en 1955. Nacido como un personaje secundario, se convirtió en el éxito más rotundo del dibujo animado latinoamericano.
Primitivo y casi ajeno al más difundido, el niño, descendiente de faraones, debutó en la tira en septiembre de 1955. Era entonces de cabeza ovalada y llevaba seis largos pelos y una galera desfondada.
De Villa Leoncia, Hijitus saltó a la tele, 1967, con "Las Aventuras de Súper Hijitus", el primer dibujo animado argentino hecho para TV. A diario, millones seguían la historia de un chico pobre cuyo sombrero mágico lo elevaba a superhéroe protector de Trulalá.
Los capítulos de Hijitus iban de lunes a sábado por Canal 13 y se repetían, todos juntos, en los ómnibus históricos "Sábados Circulares" y "La Feria de la Alegría".
El mundo ni enterado, pero Hijitus adelantó el reloj al incorporar personajes reales en sus aventuras: Por Trulalá pasaron el animador de animadores Pipo Mancera, el cantante beat Donald y Ulises Barrera, voz del box. Lo mismo, pero después, hizo Matt Groening en Los Simpson.
Frente a enlatados yanquis y japoneses, Hijitus mandaba. Así, pasó a forma cinematográfica y hasta se exportó al resto de Latinoamérica. El merchandising florecía en golosinas, remeras, juguetes y colonias, leche chocolatada, figuritas.
García Ferré, como Disney, tenía su imperio. Pero en Trulalá, una ciudad arrabalera, apenas urbana, cuyo héroe vivía en un caño, el "medio caño" que el desarrollismo imaginó como alternativa al rancho.
Cincuenta años después, es imposible no ver a Villa Leoncia y Trulalá como postales del paisaje cultural argentino.
Se dice que la mayor diferencia es que Disney era un gran conductor para el que trabajaban muchos artistas mientras García Ferré creaba y dibujaba solo.
Solo, como su inocente, huérfano y poderoso Hijitus.
3 Comments:
Intersante.... no conocia ese comic...
50 añotes... que bien
aaaay si esta lindisimo....
excelente la historia de Garcia Ferre, hasta aca no llego... pero nunca es tarde para disfrutar de estas joyas!
=)
Chien: Si, 50 añotes! Y pensar que yo la veia cuando era peque! Como pasa el tiempo, no?
Katto: Y claro, cuando te vengas para aca conseguimos pochoclo y las vemos! :D
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