28 mayo, 2006

Decodificando un poco mas a Da Vinci


1º La última cena fué, en realidad, el último almuerzo: En la ventana de atrás es de día.
2º Los comensales sabían que aparecerían en un cuadro: Posaron todos de un solo lado de la mesa, todos apretados (Si no se hubieran dispuesto a los cuatro lados de la misma)
3º Existe la posibilidad de que haya quedado un mantel manchado de vino sacro (Cuando hay vino y mantel blanco, el vino siempre se derrama)
4º Muchos están susurrando en la mesa, y eso es de mala educación (Sin contar por los que apoyan los codos sobre la mesa o mastican con la boca llena).
5º Esperaban a menos discípulos que los que llegaron: Hay menos platos que comensales.
6º El anfitrión decididamente no es Jesús, ya que no se encuentra sentado a la cabecera de la mesa.

Existen indicios de que esta haya sido la verdadera obra de Da Vinci (la veracidad de lo dicho lo dejo a vuestro criterio):


Origen del Zen


"Sentados bajo la sombra de la tarde, los hombres
aguardaban serenamente el mensaje de su maestro.

Buda Sakyamuni permanecía en silencio,
los ojos entornados, las manos juntas.
De su postura emanaba calidez, pero tambien fuerza;
arrolladora energía, pero también profunda serenidad.

Su quietud era perfecta:
Apenas se limitaba a girar delicadamente,
entre sus dedos, una flor silvestre.

En un momento, levantó su mirada y parpadeó:
Observó a sus discípulos, uno a uno.
Todos se encontraban muy serios.
Solo uno de ellos, Mahakasyapa, sonreía.
Buda Sakyamuni le devolvió la sonrisa:
Entre todos, sólo este discípulo había comprendido.

Se iniciaba así la transmisión directa más allá de textos y palabras.
De espíritu a espíritu, de maestro a discípulo.
Se iniciaba de este modo el Zen.

El resto de los discipulos escribieron muchos libros,
Pero ninguno había sonreído como Mahakasyapa.

15 mayo, 2006

Malo-Bueno

(Clickear sobre el dibujo para ampliar)

09 mayo, 2006

Divirtiéndose con Bush



(Para jugar clickee sobre alguna parte del cuerpito de Bush, y arrastre.

Para que siga cayendo, hacer doble click.)

02 mayo, 2006

Hormigas (Un Koán Zen)

Takara pisaba las hormigas con su sandalia.

Discípulo: ¿Por qué matas a esas hormigas, Maestro? Los monjes sirven a todos los seres vivos.
Takara: ¿Quién dice que las estoy matando?
Discípulo: ¡Eso es lo que haces!
Takara: ¿Y tú que te quedas mirando sin salvarlas no las matas también?
Discípulo: Tú eres mi maestro.
Takara: Debes haber elegido mal…

(Takara, entonces, comenzó a saltar y a bailar ferozmente sobre el hormiguero.)

Discípulo: (Ya desesperado) ¡Detente! ¡Aunque seas mi maestro, voy a impedir que infrinjas sufrimiento!
Takara: ¿Por qué detener lo que ha de suceder de todos modos?
Discípulo: ¿Por qué apurar lo que sucederá después?
Takara: (Dejando de pisar las hormigas) Ve, ya has aprendido la lección.